Me gradué en diseño industrial por la Escuela Superior de Diseño Elisava en 1999. Desde entonces, he trabajado con pequeñas, medianas y grandes compañías realizando toda clase de proyectos; Muebles, lámparas, lavabos, envases, juguetes, barcos, vagones de tren… He tenido aciertos y he cometido errores. Y he aprendido mucho sobre el diseño y el papel que juega en el mundo de la empresa. Creo que el futuro inmediato está repleto de retos de diseño y que el destino de las compañías dependerá de la rapidez y la inteligencia con que los afronten.
No es arte… ¡Es diseño estratégico!
Hacer objetos bellos y funcionales que se puedan fabricar a un precio razonable ya ha dejado de ser suficiente. El buen diseño debe tener un propósito estratégico que aporte valor a la empresa, que enriquezca la experiencia del usuario y que influya positivamente en el entorno. Y para ello, hay que introducir decisiones de diseño desde las primeras etapas del proyecto. Invierte en el diseño estratégico de tus productos si quieres distanciarte de tus competidores y ser un referente en tu sector:
- Podrás aumentar tu margen de beneficio gracias a tener productos diferentes y mejores.
- Verás reducidos tus costes gracias a la simplificación, la estandarización y la eliminación de desperdicios.
- Tendrás una cartera de productos que dinamizará la toma de decisiones de lo cliente, hará más fluido el proceso de compra y favorecerá tu ratio de conversión.
- Mejorarás tu posicionamiento de marca, ganando visibilidad y aumentando el valor percibido de tu producto.
Tres razones para trabajar conmigo
Afrontémoslo: la gente dispuesta a pagar por un producto tiene mucho donde elegir y se queda con el que mejor satisface sus expectativas. Invertir en marketing, publicidad e influencers o ampliar tu red de distribución, son algunos de los recursos que te ayudarán a acercar tu propuesta al público adecuado. Pero de nada sirven si el producto no despierta el deseo de la gente. Lo primero que necesita cualquier empresa, es tener un catálogo de productos increíblemente bien diseñados. Y yo soy quien puede ayudarte a lograrlo:
- Porque mi equipo de diseño es el que formo con mis clientes, ya que son quienes pueden aportar los mejores conocimientos para crear un producto a la medida de la empresa. Que el cliente forme parte del proceso de diseño, es la mejor garantía para un proyecto exitoso sin sorpresas de última hora.
- Porque conozco bien el resto de áreas de la empresa conectadas con el diseño, como la ingeniería, el marketing y las ventas. Y mis diseños hacen más fácil el trabajo de cada departamento.
- Porque todos mis contratos incluyen un periodo de garantía tras la finalización del encargo, que te cubrirá frente a cualquier imprevisto durante el proceso de industrialización.