Ser convencional no es una opción. Para que tu marca crezca, necesitas diferenciarte. Y una de las mejores maneras de hacerlo es a través de tus productos.
Para crear productos distintos a los que ofrece tu competencia, sin dar palos de ciego ni caminar en círculos, te va a hacer falta una estrategia que puedas sistematizar. Un conjunto de acciones bien planificadas para alcanzar tus objetivos. Pero antes, como no, necesitas definir esos objetivos.
La dirección que tomes con respecto a tu estrategia de nuevos lanzamientos va a ser el motivo por el cual tu público se decida a seguirte y a comprarte.
Aún que puede leerse de forma individual, este artículo es una continuación del artículo anterior –Como identificar oportunidades de diseño– Si no lo has leído todavía, te recomiendo que lo hagas. Es un artículo donde expongo métodos y trucos que te ayudarán a recopilar la información necesaria para analizar tus propios productos y las posibilidades que te ofrece el mercado.
Si ya dispones de la información, ya cuentas con todo lo necesario para empezar a desarrollar tu estrategia de innovación y diseño. Aquí tienes tres pasos que te guiarán en este proceso, basado en la investigación, el análisis y la toma de decisiones:
1. Métete en los problemas de los demás.
Las empresas y sus productos, existen para resolver los problemas de la gente (Aún que tan solo sean problemas de personalidad, como parece ser el caso de algunas marcas…) Para definir tus objetivos, vas a tener que empezar analizando los problemas de aquellos a quienes te diriges.
Si has aplicado las técnicas que te recomiendo para identificar problemas y oportunidades de diseño, contarás con un buen amasijo de notas. Reúne toda la información, ha llegado el momento de ordenarla y clasificarla. El primer paso consistirá en sintetizarla en forma de datos, palabras clave y frases cortas, para poder tener una visión de conjunto que no se desborde en la mente. El cerebro lleva mal lo de gestionar grandes cantidades de datos. Cuando manejamos mas de 5 o 6 conceptos a la vez, empezamos a perder la objetividad y a decidir subjetivamente sin apenas darnos cuenta. Por ahora, selecciona solo la información que se refieran a problemas, deficiencias o puntos a mejorar y aparta todo lo demás.
Puedes elegir cualquier otro sistema, pero yo te recomiendo anotar cada problema en un Post-it. Pon un título a cada uno y una breve descripción debajo. Einstein dijo en una ocasión: “Si no lo puedes explicar de forma sencilla, es que no lo has entendido bien“. Si la extensión del Post-it no es suficiente, es que algo falla. Dedica un poco de tiempo a meditar sobre el problema. Puede ocurrir que, por ejemplo, hayas mezclado dos problemas relacionados pero distintos, que sea mejor separar. Haz un esfuerzo por definir cada problema de forma mas sencilla, concreta y medible que puedas. Así, cuando llegue el momento, será mas fácil buscar soluciones y verificar su eficacia.
Cuando tengas localizados todos los problemas, empieza a agruparlos por categorías. Las categorías pueden tener un título mas genérico, esta vez no hace falta que sea medible, pero si muy breve. Tenerlos repartidos por grupos, te permitirá concentrarte en cada uno de forma aislada. Si utilizas el sistema de los Post-its, ahora podrás pegar cada grupo sobre una superficie y tener toda la información disponible de un solo vistazo. Poco a poco, reconsidera las categorías, recoloca los Post-Its o reemplazarlos por otros con nuevas anotaciones a medida que vayas trabajando tu mapa. Al revisar cada categoría de manera individual, obtendrán un mayor enfoque de la situación y verás que algunos de los problemas anotados son en realidad el mismo, solo que planteados con distintas palabras o desde distintos puntos de vista. Eso te permitirá seguir reduciendo la lista hasta quedarte con lo esencial.
2. Define tus objetivos.
Ahora que ya tienes localizados los problemas, te propongo responder a una pequeña serie de preguntas:
- ¿Cual es la visión de la compañía dentro de 1 año?
- ¿y dentro de 3?
- ¿Que transformaciones va a experimentar la marca a lo largo de su proceso evolutivo?
Añade mas preguntas si lo consideras oportuno… Se trata de recalcar y mantener en la mente los criterios en base a los cuales decidirás de que ocuparse primero, de que ocuparse en el futuro y de que, simplemente, no vale la pena ocuparse. Te aconsejo no tomar esta clase de decisiones por tu cuenta y riesgo. Es muy arriesgado dejarlo en manos de una sola persona. Lo mas conveniente sería apoyarse en el criterio de un equipo de personas con distintos puntos de vista. En el artículo –Crea un comité de innovación y diseño– encontrarás un buen número de indicaciones sobre como crear tu equipo.
Ahora ya no solo tienes definidos los problemas en los que trabajar, sino que además están ordenados por prioridades. Pero antes de pasar a explorar soluciones, dedica un poco de tiempo a verificar los datos en los que te basas y contrasta todo lo que sea importante. Retoma conversaciones anteriores y amplia la información mas relevante. No te arriesgues a desarrollar toda una estrategia basada en suposiciones o informaciones que puedan ser erróneas.
Y ahora si, por fin llegó el momento de definir tus objetivos. Crea una lista completa de objetivos, que resuelvan todos los problemas uno por uno. Si durante la fase anterior has logrado definir los problemas con precisión, ahora te será fácil proponer objetivos igualmente precisos. Cuanto mas medibles sean tus problemas, mas cuantificables van a poder ser tus objetivos. Y cuanto mas cuantificables sean tus objetivos, mas podrán ajustarse las futuras soluciones. Piensa, por ejemplo, en incluir aspectos como estimaciones de costes, plazos en el calendario, volúmenes de venta, cuotas de mercado…
Pongamos como ejemplo este supuesto caso de un fabricante de muebles:
Problema: Los productos que encargan sus clientes, tardan 2 o 3 meses de media en entregarse y el vendedor nunca puede comprometerse con una fecha determinada.
Objetivo: Reducir el plazo de entrega a 15 días.
Acción: Optimizar el diseño de las piezas, para que la fabricación sea mas rápida. Descartar a los proveedores que no sean puntuales. Estandarizar piezas para poderlas estocar…
3. Crea (o encarga) un plan de acción
Si has llegado hasta este punto, enhorabuena. Ya sabes qué es lo que necesita tu compañía para pasar al siguiente nivel. A partir de ahora, se trata de poner en marcha el proceso para conseguirlo. Esta es la parte mas larga y compleja. Por eso es tan importante empezarla habiendo trabajado a fondo las anteriores.
Como apuntaba en el ejemplo de arriba, es el momento de definir las acciones que lleven al cumplimiento de los objetivos. La mayoría de las veces, estas acciones requerirán un mínimo de conocimientos técnicos relacionados con distintas áreas de la empresa (razón de más para trabajar con un equipo pluridisciplinar). Aveces, la solución pasa por crear nuevos productos. Otras veces, por modificar o eliminar del catálogo productos existentes… Algunas empresas cuentan con su propio departamento de diseño, que puede participar en la búsqueda de soluciones. Otras subcontratan los servicios de un diseñador (la externalización es una tendencia en auge en empresas de todos los sectores). Y también las hay que deciden combinar el conocimiento especializado de sus propios diseñadores con la bocanada de aire fresco que proporciona un diseñador externo. Sea como fuere, lo importante es tener muy claro lo que necesita la compañía. Y que, en la medida de lo posible, se pueda medir el resultado con datos objetivos.
En este post he compartido una parte de mis conocimientos, para ayudarte en la creación de tu estrategia de innovación y diseño. Son tres pasos sencillos, pero no confundas sencillo con fácil. Cuando te pongas a ello, tómate tu tiempo y dale tantas vueltas como haga falta hasta estar seguro de que ya no se puede hacer mejor. A las buenas ideas no les importa si tienes prisa, necesitan un tiempo para madurar. Estoy seguro de que el uso de este método, te servirá para aprovechar mejor todo el potencial que el diseño tiene reservado para ti.
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